Las prisas en el día a día, de esta sociedad tan
“adelantada”, que yo cada día siento más “acelerada”. No reposada, no
tenemos tiempo de meditar, asimilar, la “información” que cada día surge
y así nos encontramos
con respuestas tan duras como desacertadas en muchos casos. Todos
hablamos de todo y todos entendemos de todo…..cuando la realidad es que
no hemos leído más allá de los titulares.
Con esto me quiero referir en este caso al tan traído tema
de estos días, el enfrentamiento entre Matronas y Doulas. Podría decir
que estoy más a favor de unas que de otras (que de hecho lo estoy).
Muchas son las recomendaciones de la OMS sobre lo que debe
ser un embarazo, parto y posparto fisiológicos. Recomendaciones que en
muchos hospitales de este país se obvian porque los protocolos
hospitalarios parecen
“momias incapaces de ser actualizadas”. Porque no olvidemos, que es un
proceso fisiológico en el que las mujeres NO estamos ENFERMAS. Las
mujeres, licenciadas o no, analfabetas o no, sobre todo hemos parido
durante siglos. Estamos capacitadas para ello fisiológicamente
y mentalmente si se nos deja. Pero durante mucho tiempo se nos ha dicho
que lo dejemos todo en manos de los especialistas, los que saben de
estas cosas… Eso acaba en que cada vez tenemos más miedos, más dudas,
más preguntas. Queremos entender (no pretendemos
hacernos una cesárea a nosotras mimas) pero si estamos capacitadas para
entender lo que se nos dice y tomar nuestras decisiones como personas
adultas que somos. Queremos que se nos escuche. Y en toda ésta “pelea”,
de nuevo nos hemos sentido como una pelota
de Ping-pong. Donde somos llevadas de un lado a otro sin permitir que
seamos nosotras las que elijamos que es lo que deseamos. Somos personas
adultas y autónomas.
Curioso que sea un tema femenino y no hemos preguntado a
“las mujeres” ¿Qué les pasa? ¿Por qué las mujeres hoy en día están
demandando otras cosas? He oído decir a las matronas que las labores que
realizan las
Doulas son competencia de ellas y otras de la familia que le rodea. En
muchas, pero muchas ocasiones, la familia no está ahí, por la razón que
sea (la principal es esta sociedad de locos que prima lo laboral sobre
lo personal). En otras la matrona que está
en el centro de salud no está las 24h del día, no me acompaña en mi
domicilio en el posparto, atiende a tanta gente que no está
emocionalmente cercana a mí. Hubiera deseado yo tener el apoyo de una
Doula en mi posparto….que no sufrí depresión, pero si resulto
duro, muy duro, por la soledad en la que me encontré durante ese
periodo.
Gloria Castro Madariaga