Solemos escuchar que
con el primer hijo pagamos la novatada, pero que con el segundo ya
estamos más curtidas y ya sabemos cómo actuar, que todo es más
fácil. Algunas madres nos hemos encontrado con que esto tiene más
de tópico que de real, y siguiendo la propuesta de una mamá, nos
reunimos para hablar de esta realidad: de lo que es más fácil, de
lo que es más difícil, de cómo cambian las cosas, de cómo
cambiamos nosotros y cómo afrontamos esta realidad.
Entre otras
cuestiones, se abordó cuál sería el momento adecuado para tener un
segundo hijo. Para algunas es muy importante esperar al momento en el
que hijo mayor se vaya “independizando” de la madre, el momento
en que la vaya necesitando menos a ella y más a otras personas del
entorno. Para otras familias la decisión se basa más en el hecho de
querer que el mayor tenga hermanos o simplemente, querer más hijos.
Sobre la facilidad
del segundo hijo, las mamás que estábamos allí encontramos que el
2º hijo en sí mismo y sin tener en cuenta otras cuestiones había
sido más fácil. Pero no así la situación global, que se había
complicado. El hecho de si el segundo es más fácil o no lo
achacamos más al carácter y a las necesidades del bebé que al
hecho de que sea segundo en sí mismo. Aunque algunas mamás
aportaron el hecho de que con el nacimiento del segundo sí se
sentían más seguras de sí mismas, más empoderadas, que habían
conseguido contrarrestar o quitar valor a opiniones y presiones
ajenas y habían sabido seguir más su instinto. También en general
sintieron aumentada su capacidad de organización, y la seguridad de
que “todo va a salir bien”, cosa que no habían ocurrido con el
primer hijo.
Así mismo se habló
sobre la agitación del amamantamiento. Las allí presentes la
pasamos en diferentes momentos. En algunos casos sucedió el destete
espontáneo del mayor durante el embarazo del pequeño, pero en otros
casos se mantiene la lactancia en tándem.
Otra cuestión que
se trató fue el cómo compaginar las necesidades de ambos. Aquí
todas las presentes encontramos que ha habido etapas muy duras,
algunas de las cuales persisten en la actualidad. Las necesidades de
ambos son muy diferentes y a menudo hay que elegir entre las de uno y
otro. En algunos casos se ha podido compatibilizar ambas de una forma
muy aceptable y armoniosa, en otros casos no ha sido posible, y esto
ha generado nuevos conflictos. Posiblemente estos conflictos son
menores en casos en el que cuidado de los niños pueda ser compartido
por varias personas o en casos de niños que no necesiten demasiada
atención, que sean “bastante independientes”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario