Nunca digas "de este agua no beberé". Ahí me las dan por todas partes,
sí, porque desde pequeño rechacé la posibilidad de "sembrar" y me
mantuve así hasta casi la cincuentena, hasta que llegó Ross. Y ya me
veis, con dos preciosos churumbeles que me inundan los pensamientos y
emociones día a día, noche tras noche.
Rosa
me enseñó y aprendí con ella de otras personas maravillosas, leí a
Casilda, a Isabel Fdez. del Castillo, escuché in situ a M. Odent,
cursillos con doulas (gracias Rebeca, Bea) y recogimos testimonios de
muchas madres que habían gozado con los partos y otras que habían
sufrido...
Descubrí
la grandeza de la mujer (de Rosa y de cualquiera), esa capacidad de
gestar y dejar fluir a la luz una criatura, de DARSE, de darse más allá
de la norma que rigen hoy embarazos, partos y crianzas. Una valentía que
me conmueve y ¿por qué no decirlo? cambia las tornas en cuanto a cual
es el "sexo fuerte".
También
descubrí lo miserable: los testimonios terribles de atención en
hospitales, los intereses de la industria farmacéutica, los de una
estructura social a la que interesa perpetuar el miedo en la mujer...
Por
ello fue una suerte encontrar a la gente de PaReS, formar pares y
ofrecer un espacio de cariño y comprensión, de información y reeducación
en algo que, con el avance de esta anticultura que soportamos, se fue
cuando murieron las últimas parteras, madres y otras personas que
entendía este paso de la reproducción de la especie.
Juanjo.
Gracias a ti Juanjo, y a ti Rosa, por compartir vuestra experiencia, y hacer posible que exista esta puerta a otra forma de entender el embarazo y el parto en Salamanca.
ResponderEliminar